PROFILE
Juan García Ripollés, de Castellón nacido en Alzira (Valencia, España) en 1932, la muerte de su madre en el parto le llevó hasta la capital de La Plana.
El comienzo de su vida no fue fácil: recogió boñigas de caballo, fue chatarrero y pintor de brocha gorda, hasta que se marchó a París en 1954. Quería ser pintor. Y allí fue donde lo logró.
Cuatro años después de su llegada, colgó sus cuadros en la prestigiosa galería Drouand David, la misma que había expuesto a Picasso y Chagall.
Desde su regreso a España, en los años sesenta, su taller es la naturaleza.
Hoy en día, a sus 80 años, aún es así: pinta en la huerta de su casona en la pequeña pedanía de Mas de Flors, en Castellón.
Durante las últimas cinco décadas, sus lienzos y grabados se han mostrado en las mejores galerías y museos de Ámsterdam, Nueva York, Tokio o Beijing.
Sus esculturas de gran formato han sido instaladas en los parques y en las principales calles y plazas de Madrid, Sevilla, Valencia, Lisboa, Venecia, Verona, Hertogenbosch o Beijing.
Me gusta el pan y mi cielo es la vida. Hablo claro.
Tú eres tú. Mi dolor, mi sed, mi mirada, mi amor, mi palabra. Tú eres tú.
Para mí el arte es el reflejo de lo real, una emoción de lo vivo.
Cambio palabras enteras por medias palabras. ¿Quién me cambiará risas por lágrimas?
Hoy quería decir algo, algo así como no sé qué. Pero nada, no he podido decir nada.
Juan Ripollés